Hoy (7 de septiembre de 2013) los miembros del Comité Olímpico votan en Buenos Aires que ciudad albergará los Juegos Olímpicos de 2020. A diferencia de otros años donde se elegía la mejor ciudad para celebrar el evento, en esta ocasión se elige la menos mala. Sólo tres candidatas: Estambul, cercana al conflicto Sirio y con graves problemas de derechos humanos y corrupción; Tokyo, todavía recuperándose del tsunami de hace un par de años y con problemas crecientes en la central de Fukushima; y Madrid, con graves problemas económicos y con el país inmerso en graves escándalos políticos que alcanzan incluso a su presidente del Gobierno.
En el caso de Madrid, es la cuarta ocasión (tercera consecutiva) que la Villa presenta su candidatura. La primera en 1972, que finalizó en Munich, esta vez sin estar Sergio Ramos involucrado; la segunda en 2012, cuando Londres se llevo el gato al agua, y la última en 2016, cuando los miembros del COI prefirieron someter su voluntad a la creciente economía brasileña. La de mañana, es sin duda, la ocasión donde Madrid llega con más posibilidades de las cuatro. Las infraestructuras casi construidas, España destaca en deportes mayoritarios internacionales, tiene un amplio apoyo popular y disfruta de la experiencia conseguida durante los fracasos anteriores. Estos factores ponen a Madrid en una posición ventajosa. O la ponían.
Con todo a su favor, Madrid ha enviado a Buenos Aires a defender su candidatura ante la prensa a Alejandro Blanco, Presidente del Comité Olímpico Español; Ana Botella, Alcaldesa de Madrid, e Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid. Su labor, además de responder a las preguntas de la prensa, no es otra que la de ser imagen del país. Y la verdad, es que han sido un espejo de los estereotipos de España, sólo les faltó dar un par de capotazos.
Los tres centinelas de la candidatura se han sentado frente a la prensa para (como bien señala Wyoming en el video a continuación) demostrar al mundo como funciona un político español: no saben inglés, no responden a lo que les preguntan, y mienten con las cifras. Así lo pudimos corroborar cuando Ana Botella, la alcaldesa y ex-primera dama de España, en una alarde de osadía, se desprendió de los auriculares de traducción simultánea, y tras no entender ni papa de la pregunta en inglés relativa al paro, respondió en un entendible castellano (esta vez haciendo uso de los auriculares…) que las infraestructuras estaban construidas al 90%, cifra que ella misma, balbuceante, bajó al 80% dos preguntas más tarde.
Pero no sólo ella, mientras Ignacio González se mostraba claramente aburrido y apenas incapaz de aguantar el bostezo, un Blanco inspirado espetó a un periodista en la lengua de Shakespeare un maravilloso “No listen the ask” (no escuché la pregunta), antes de decir que ganarían o que perderían pero que ‘han hecho todo lo posible’. Debe ser que aprender inglés en 12 años, ser riguroso con las cifras y presentar un orador digno, no lo es.
Si hace un par de días Madrid era clara favorita, hoy lo es un poco menos. Y tenemos que agradecérselo a todos estos políticos de profesión que pagamos todos, que no saben hacer otra cosa que no sea política, o lo que ellos piensan que es política. Y así nos va.
Daniel C. / Blog Gol
¿De verdad pensaban ganar con semejante embajadora de la diplomacia?. Españistan, jejejejeje
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