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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Occupy Real Madrid

Como ha quedado probado durante los últimos 3 años, el juego y el comportamiento del Real Madrid no debe achacarse únicamente a Mourinho, del mismo modo que no se puede achacar a Mao la barbarie de la Revolución China, ni a Bonaparte el coste en vidas de su aventura imperialista.

El fracaso del Real Madrid fue responsabilidad de un grupo respaldado por un líder y acelerado por la posibilidad de hacer lo que les viniera en gana, sin freno de ningún tipo. Y este grupo actuó en relación a una cantidad de factores que se acumularon a manera de contingencias interdependientes, como la superioridad del Barcelona, la necesidad de ganar la décima y la gran dimensión mediática dándole al fracaso una dimensión gigantesca.

Científicamente, y utilizando el concepto de moldeamiento de Skinner, puede decirse que el comportamiento del Real Madrid se moldeó en un entorno plagado de estimulación aversiva y reforzamiento negativo, lo que, aunado a una multiplicidad de factores situacionales y personales de Mourinho, dio como resultado ese ‘Real Madrid contra el mundo’ que ahora se intenta solventar con Ancelotti ‘el pacificador’. Desde este punto de vista, Mourinho, aparte de su habilidad genial como cabecilla de la banda, fue el exponente y producto más visible del Real Madrid, aunque no el único.

Su salida del Real Madrid ha cambiado el escenario de la guerra. El Real Madrid, con la llegada de Ancelotti buscó la sustitución del líder anterior por una persona de más consenso tanto con la prensa como con la institución. El italiano da el perfil y ha puesto a los jugadores (excepto a Casillas) de su lado, pero estos no lo perciben como a un líder.

Al fin y al cabo, pase lo que pase en la casa blanca, éxito o fracaso deportivo o institucional, el único que no se mueve de su poltrona es Florentino Pérez, y los jugadores se han dado cuenta de que el principal responsable de la situación es él, que manteniéndose en un perfil bajo, controla de manera clara la situación. Antes de su salida, Mourinho fue acusado de poner por encima sus intereses personales a los del club, lo que sin duda alguna hace Florentino Pérez desde que accedió a la presidencia del Real Madrid.

El líder de consenso que se esperaba con Ancelotti se ha tornado en un reaccionario personalista como Florentino, que además no está sustentado por el éxito deportivo, y eso ha disgustado a los jugadores.

El Real Madrid se puede equiparar a los países que llevan mucho tiempo gobernados por un dictador, que es depuesto mediante un golpe de estado tras grandes sacrificios de la población, pero al final del golpe, es sustituido por otro dictador. En un alto porcentaje de los casos, esta situación, degenera en una guerra civil o en una contrarrevolución.

La salida de Özil, ha sido la gota que ha colmado el vaso. La aparente tranquilidad tras la salida del entrenador portugués ha durado poco, el enfrentamiento con todo y todos que tenía el portugués, se está reproduciendo esta vez a niveles internos. Los que antes raramente hablaban dan su opinión si reparo y expresan su desacuerdo con las decisiones que consideran van en contra del beneficio deportivo del equipo. Así, jugadores que no se solían meter en charcos como Arbeloa o Cristiano han salido a expresar su desacuerdo con la venta del Alemán, con frases tan categóricas como “Ozil es insustituible”, o “Estoy muy enfadado con la salida de Özil”. También Sergio Ramos, más curtido ya en la lucha dialéctica ha dado un golpe encima de la mesa desautorizando a su presidente con un “Si yo mandara Özil sería de los últimos que se hubiera ido”.

La guerra mundial se se ha tornado en revolución. Y las revoluciones terminan con uno de los dos bandos aupándose al poder. Con Florentino perpetuado en el cargo, muy posiblemente sea de nuevo el ganador de esta batalla política, que tendrá como precio más años de inestabilidad deportiva.

Daniel C. / BlogGol.com

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